Por Eunice Donaji Garcia
Desde que entré al ITESO los maestros han dejado entrever una preocupación sobre la manera en que nuestra generación ha desarrollado procesos cognitivos y suelen mover la cabeza (¿será lástima?) ante una ignorancia constante y colectiva de los alumnos, eso si repartiendo el peso entre las instituciones:
somos tontos pero no es nuestra culpa.
¿Será cierto?
Es que de repente nos encontramos con comunicadores que han crecido bajo la, quién-sabe-cuantas-veces operada, mirada de Paty Chapoy, el sarcasmo barato de Adal Ramones y los reality shows morbosos que hace algún tiempo inundaron la televisión, entre otras cosas.
¿De qué le sirve entonces a nuestras pobres neuronas hacer sinapsis como locas? Células altamente evolucionadas convertidas en meras señoras de lavadero.
Pero no todo está perdido.
Resulta que somos estudiantes y que esos mismos profesores que mueven la cabeza pueden hacer a un lado la lastima y empujarnos a un desarrollo de mayor calidad.
Eso si, nosotros como universitarios (que implica más que tener credencial actualizada) debemos cuestionar nuestra manera de adquirir conocimiento y del uso que le damos a este conocimiento:
vamos a clases, hacemos tarea ¿y luego qué?
No digo que salgas a devorarte el fondo ITESO- Clavijero y que te conviertas en un pensador erudito mundialmente reconocido, ni que seas en el nuevo libertador de los satanizados medios de comunicación ¡no! Solo te pido, pidámonos, pensar en cómo es qué estamos pensando (tiene más sentido del que a
primera vista se lee) y qué viene después de ese pensar.
Tonto, según el pequeño Larousse, es aquél que tiene o demuestra poca inteligencia o escaso entendimiento.
Y tú ¿ya entendiste? ¿o piensas seguir sin existir?
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