miércoles, 24 de septiembre de 2008

Sin imaginación no hay futuro

Por Fernando Cornejo Hernández

La libertad no existe si no se vive al borde de los límites donde toda comprensión se desintegra.
Georges Bataille

Nadie debe de esperar de la escuela nada que no espere de sí mismo. Lo mismo aplica para la vida… Tampoco nadie debe de esperar el futuro si no lo construye y se construye en él, porque eso es la vida. Así de simple, pero tan complejo como se quiera, y tan imposible como la renuncia, la conformidad, la apatía, la mediocridad, puedan llegar a hacerlo.
Si no es en la universidad donde se enseña a pensar, ¿entonces en dónde? No he dicho practicar el pensamiento, la disertación, que son otras cosas igual de importantes. Para ello personalmente prefiero las cantinas, el transporte colectivo, los paseos hacia ningún lado. Y no es que la universidad sea el único lugar para aprender a pensar. Pero la universidad es un espacio privilegiado para adquirir y poner en marcha nuevos patrones de conocimiento, de ejercicio para el análisis, de afinación del ojo crítico. Pero también es un espacio para que convivan las ideas y se dé vida a proyectos productos de la creatividad y de la imaginación. Cierto que hay quienes los han puesto en marcha, pero falta ese terrorismo creativo que estremezca la sensibilidad de todos los-nos-otros.
Esta es, pues, una declaración de guerra, un intento de provocación a cambiar el mundo cambiando nuestra relación con él. No son las armas, sino las ideas, lo que mueve nuestros pasos hacia el horizonte. El deseo es fruto de la imaginación, y es a partir de esto que construimos el futuro y nos construimos en él. Y yo deseo tanto como mi imaginación me lo permite, y siempre un poco más…

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